Aún, estamos en Adviento, pero queremos contemplar en esta oración, el misterio de la Navidad y como lo vivimos interiormente. Descubrimos en el evangelio, que después de tanto tiempo soñando con el nacimiento de Jesús y no hay sitio para Él. Nace en un lugar pobre, quizá no es como se esperaba esta venida. Pero Dios se revela por completo en las cosas pequeñas, en lo humilde, en las personas sencillas. Y Dios se sigue revelando de esta manera.

Estando ellos allí, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada. (Lc. 2, 6-7).