La actividad cotidiana, el sin fin de tareas, de trabajo, estudio, y la familia hacen que no me de cuenta de los días que van pasando y del tiempo que voy dedicando a todo ello.
Con tantas cosas, me da la sensación de que tengo que hacer las cosas bien. No puedo retrasar el trabajo, y menos las relaciones interpersonales, mi familia….A la vez, intento hacer malabarismos para que Tú tengas un hueco en el camino. Sin embargo, hoy llego a Ti con la clara convicción de que las cosas no salen si Tú no estás detrás.


El Señor le dijo: ---Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar! Vino un huracán tan violento, que descuajaba los montes y resquebrajaba las rocas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto (…). (1Re 19, 11-13).