¡Cuántas situaciones vivimos cada día por las que podemos decir: GRACIAS, DIOS! Nuestra condición humana se inclina con frecuencia a la queja, a la crítica, a ver el lado más negro de la realidad. Hoy queremos traer a tu presencia todo aquello por lo que podemos estar y ser agradecidos, todo aquello que tú Señor nos ofreces por ser tus hijos, para que nuestra vida sea más plena. Gracias porque hoy nos podemos reunir a rezar juntos aquí y expresar nuestra Fe con libertad con ayuda del Salmo 136


Te doy gracias, Señor, 
porque eres bueno,
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
Te doy gracias, Señor, 
Dios de todo,
porque en todo lo mío 
Tú intervienes,
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
(Sal. 136).