En este domingo 5º de Cuaresma, donde contemplamos la resurrección de Lázaro (revivificación, para ser precisos, vuelta a la vida pero sin atravesar la muerte) me venía a la cabeza dos imágenes opuestas, y antagónicas en sí mismas: los "muertos en vida" y los "amenazados de Vida"


Son, por tanto, dos tipos de vidas paradógicas: por un lado, los que tienen vida biológica, aunque su existencia no sirve para nada ni para nadie... por otro lado, los que no tienen vida biológica, porque se la han robado o porque la han entregado dramáticamente, pero que, sin embargo, están más vivos que nadie en el recuerdo y los corazones de los que soñamos un mundo distinto. Esta segunda es la vida a la que nos llama Jesús con voz potente: "Lázaro, sal fuera" (sal de tus ataduras, de tus miedos, incluso de tí mismo...), aunque partamos del primer estado, podemos recorrer el camino liberador hacia el segundo, de la mano de Jesús.
Dicen que estoy "amenazado de muerte" (...) pero los cristianos estamos "amenazados de vida". Porque Tú eres la vida, aunque estés crucificado en la cumbre del basurero del Mundo.
Y os dejo también un powerpoint que me ha pasado un buen amigo. Es una meditación sobre este mismo pasaje de Lázaro, que también acaba con otro texto de Uribarri. Descargar aquí.
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