Estos días todos hemos recibido felicitaciones de Navidad y Año Nuevo. Religiosas y laicas. De amigos, de clientes, comerciales o de nuestras comunidades. Y en estos casos uno se da cuenta de lo fácil que es llenar un papel de palabras bonitas y frases hechas. Pero también de cuándo esas palabras surgen desde el corazón. De cuando suponen un deseo real y profundo de que la vida del otro cambie a mejor.

Por eso desde esta página queremos haceros llegar un deseo sencillo para el nuevo año. Desde el corazón y porque creemos que es de lo mejor que podréis recibir:

Que en este año nuestros deseos de conocer más a Dios y de que ocupe un lugar importante en nuestra vida vayan en aumento. Que nunca nos falte la sed de Dios. Y si nos falta, que tengamos la fuerza para pedir que crezcan en nosotros nuevos deseos de estar a su lado.