Posiblemente aún dudamos de quién es el prójimo, Jesús lo aclara en la parábola. El prójimo son todos los seres humanos, pero especialmente quienes me necesitan y esperan mi ayuda, quienes han caído por el camino, quienes han sido golpeados de un modo u otro por la vida, quienes se agolpan en nuestras fronteras… Basta asomarnos un poco a la calle para ver que el prójimo está a nuestro lado. Lo podemos ver cada día en casa, o al salir a la calle, o al pasar las páginas de un periódico...


En esto un doctor de la ley se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó:
- Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? 
Jesús le contestó: 
- ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees? 
Respondió: 
- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo. 
Entonces le dijo: Has respondido correctamente: obra así y vivirás. 
Él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Lc. 10, 25-29.