Hoy mi corazón es pobre en palabras y rico en sentimientos, por eso mi oración de hoy necesita de palabras prestadas. Palabras de otros, que antes que yo, te buscaron Señor y supieron plasmar en forma de poesía su relación contigo.



¡Yo amo!, porque el Señor escucha mi voz suplicante, porque inclina el oído hacia mí cuando lo llamo. Me envolvían redes mortales, me alcanzaban los lazos del Abismo, caí en tristeza y angustia. Invoqué el Nombre del Señor: ¡por favor, Señor, ¡pon a salvo mi vida! El Señor es clemente y justo, nuestro Dios es compasivo. El Señor guarda a los incautos: estando yo sin fuerzas me salvó. ¡Alma mía, recobra la calma, que el Señor fue bueno contigo! Arrancó mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies del empellón. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. ¡Yo creía!, cuando decía: qué desgraciado soy. Yo pensaba en mi apuro: los humanos son falaces. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación invocando el Nombre del Señor, y cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. El Señor hace pagar cara la muerte de sus leales. ¡Favor, Señor, que soy tu siervo!, siervo tuyo, hijo de tu esclava. ¡Rompiste mis coyundas! Te ofreceré un sacrificio de acción de gracias, invocando el Nombre del Señor, y cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo, en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. Aleluya. (Sal. 116).




Acompañamos la canción "Sentir" de Luz Casal.




"SENTIR"

Abre la puerta, no digas nada,
deja que entre el sol.
Deja de lado los contratiempos,
tanta fatalidad
porque creo en ti cada mañana
aunque a veces tú no creas nada.

Abre tus alas al pensamiento
y déjate llevar;
vive y disfruta cada momento
con toda intensidad
porque creo en ti cada mañana
aunque a veces tú no creas nada.

Sentir que aún queda tiempo
para intentarlo, para cambiar tu destino.
Y tú, que vives tan ajeno,
nunca ves más allá
de un duro y largo invierno.

Abre tus ojos a otras miradas
anchas como la mar.
Rompe silencios y barricadas,
cambia la realidad
porque creo en ti cada mañana
aunque a veces tú no creas nada.

Sentir que aún queda tiempo
para intentarlo, para cambiar tu destino...

Abre la puerta, no digas nada...