El Evangelio nos da de nuevo las respuesta, esta vez en las palabras de Juan Bautista: “ ...El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene, y el que tenga de comer, que haga lo mismo...No exijáis más de lo que tenéis establecido...No hagáis violencia a nadie ni saquéis dinero; conformaos con vuestra paga...” (Lc 3, 10-18)
Podemos contemplar esta situación como una oportunidad para el cambio. El Reino de Dios es posible, se trata de “remar” en la dirección correcta. Podemos aprovechar este momento para a la luz del Evangelio contemplar nuestros actos y valorar nuestra generosidad e implicación en nuestro entorno. Podemos preguntarnos cómo utilizo mis bienes, cuáles son mis prioridades, qué intereses guían mis actos.
Puedes cambiar el mundo, empieza por ti.