El tiempo pasa de manera inapelable y va dejando su marca en nosotros, poco a poco nos deterioramos y vamos necesitando, cada vez más, ayuda. Desde esa consciencia, queremos proponer esta oración poniendo la mirada en la enfermedad, en la vejez como un tiempo fecundo desde los límites que va marcando nuestro cuerpo y nuestra vida.





“Yo me siento más que nunca en las manos de Dios. Eso es lo que he deseado toda mi vida, desde joven. Y eso es también lo único que sigo queriendo ahora. Pero con una diferencia: hoy toda la iniciativa la tiene el Señor. Les aseguro que saberme y sentirme totalmente en sus manos es una profunda experiencia”. (P. Arrupe).



Acompañamos la canción "En tus manos" de Nueve y cuarto.