Durante esta semana Señor, me he cruzado en el camino con mucha gente, he hablado con unos y con otros he intercambiado simplemente una mirada o un gesto, tan necesario en estos días. Ahora quiero pararme un rato en tu presencia, para mirarte a los ojos y en ellos reconocer y entender tu mirada.





«Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. (Mt. 25, 34-40).



Acompañamos la canción "Es mi hermano" de Ain Karem.



Quien está pidiendo pan, ese es mi hermano; 
quien suplica libertad, es mi hermana; 
quien huye en patera
del hambre y la muerte, es mi madre.

MI FAMILIA ES QUIEN ESCUCHA A MI PADRE
Y AMA COMO YO OS HE AMADO.
MI FAMILIA ES QUIEN ESCUCHA A MI PADRE
Y AMA, DE CORAZÓN, A SUS HERMANOS.

Quien sufre rechazo, ese es mi hermano;
quien vende su cuerpo, es mi hermana;
quien es torturado por seguir mis pasos,
es mi madre.

Quien duerme en un banco, ese es mi hermano;
quien habla otro idioma, es mi hermana;
quien no sabe ni quién es
por la enfermedad, es mi madre.