Ayer en la Iglesia de los jesuitas de Ruiz Hernández celebramos un año más la tradicional Vigilia de la Inmaculada. En esta ocasión este tiempo de oración fue una invitación a dejarnos contagiar por la mirada esperanzada de María.
Guiados por las reflexiones, textos y canciones que había preparado la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) fuimos descubriendo cómo Dios se hace presente en las realidades que a veces nos resultan más complicadas. La luz de la mirada de María, que descubre agradecida la presencia de Dios en su vida y en el mundo, iluminó tres realidades que nos tocan muy de cerca:
La crisis económica, nuestras dificultades como cristianos para vivir en medio de una sociedad con valores a veces opuestos a los nuestros, y la monotonía de la vida que oculta la importancia de lo pequeño fueron los tres tiempos reflexión. Siempre con el deseo de descubrir cómo aparece Dios como oportunidad de cambiar a mejor en medio de ellos. Así, pedimos a María que nos ayude a mantener nuestra esperanza en ese Dios que siempre se abre camino en nuestras vidas incluso cuando más nos cuesta verle.
Esto, que simbolizamos con varios candiles que desde María iluminaban nuestras realidades, puede ayudarnos este tiempo de adviento a preguntarnos sobre qué Dios estamos esperando.
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