El Evangelio nos da de nuevo las respuesta, esta vez en las palabras de Juan Bautista: “ ...El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene, y el que tenga de comer, que haga lo mismo...No exijáis más de lo que tenéis establecido...No hagáis violencia a nadie ni saquéis dinero; conformaos con vuestra paga...” (Lc 3, 10-18)
Podemos contemplar esta situación como una oportunidad para el cambio. El Reino de Dios es posible, se trata de “remar” en la dirección correcta. Podemos aprovechar este momento para a la luz del Evangelio contemplar nuestros actos y valorar nuestra generosidad e implicación en nuestro entorno. Podemos preguntarnos cómo utilizo mis bienes, cuáles son mis prioridades, qué intereses guían mis actos.
Puedes cambiar el mundo, empieza por ti.
1 Comentarios
Desde Chile miro, y algunos miran , la crisis española como un preludio de lo que puede ocurrir en esta parte del planeta cuando los efectos del desplome del neoliberalismo se hagan notar...por ahora estamos en una "situación privilegiada" , aplaudiendo bajas tasas de desempleo (cerca del 6%)...La pregunta que me surge va dirigida tanto a ustedes como a nosotros: ¿Vieron venir la crisis cuando disfrutaban de los beneficios de un país desarrollado?
ResponderEliminarDicen que nunca es tarde para convertirse y asumir la vida conforme a los criterios del evangelio, pero ¿Cómo podemos entrar en la conciencia permanente de que son esos criterios los que nos hacen más felices y más humanos? Quizás sea tiempo de dar un paso más que el de los discípulos interpelados en el evangelio de Lucas y pasar a las actitudes de las primeras comunidades en los Hechos de los Apóstoles, en donde motivados por el Santo Espíritu fueron capaces de vender todos sus bienes para vivir en comunidad, cubriendo las necesidades de los más menesterosos (Hechos 2, 42-47)
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