Hoy quiero dedicarte a Ti, María, mi ratito de oración, quiero mirarte a los ojos, sentir tu aliento de madre y mujer que, ante la incertidumbre que te tocó vivir, confiaste en el Señor, lo antepusiste a todo y supiste activar el modo servicio sin titubeos.





“Entró el ángel donde estaba ella y le dijo: - Alégrate, favorecida, el Señor está contigo. Al oírlo, ella se turbó y discurría qué clase de saludo era aquél. El ángel le dijo: - No temas, María, que gozas del favor de Dios” (Lc. 1, 28-30).




Acompañamos la canción "Madre del Silencio" interpretada por Canto Católico.




Madre del Silencio


Como una tarde tranquila,
como un suave atardecer,
era tu vida sencilla en el pobre Nazaret; 
y en medio de aquel silencio, 
Dios te hablaba al corazón. 

Virgen María, Madre del Señor:
danos tu silencio y paz
para escuchar su voz.

Enséñanos, Madre buena, 
cómo se debe escuchar
al Señor cuando nos habla
en una noche estrellada
en la tierra que, dormida, 
hoy descansa en su bondad. 

Y sobre todo, María, 
cuando nos habla en los hombres: 
en el hermano que sufre, 
en la sonrisa del niño,
en la mano del amigo, 
y en la paz de una oración.