Una vez más, ha llegado el momento más esperado del día, nuestra cita juntos, Señor. Poco a poco voy serenando mi respiración, me hago consciente de este momento que reservo para Ti, para los dos. Me dejo sumir en la profundidad de mi ser, abandono lo accesorio, el móvil, los ruidos, las obligaciones... No los necesito, ahora lo importante está aquí. Mi corazón y mis pensamientos se van reposando, te haces presente, me sonríes, te sonrío.