Es difícil acercarse al misterio de la Resurrección de Jesús. Normalmente cuando contemplamos a Jesús nos lo podemos imaginar en su día a día, predicando o curando enfermos. Lo podemos contemplar en su nacimiento como un niño frágil. O en estos días pasados sufriente, abandonado y muerto en una cruz. Pero al contemplar las escenas de su Resurrección es habitual que nos sintamos bloqueados, sin saber cómo imaginárnoslo, peguntándonos qué vieron sus discípulos. Y muchas veces esta dificultad nos impide interiorizar la grandeza e importancia de la Resurrección. Hoy te proponemos que te olvides de imaginarte a Jesús Resucitado, y te fijes en los frutos en aquellos que lo presenciaron.