Además de ser el libro más famoso de Tony de Mello, creo que es también una metáfora sobre la vida de oración.

El libro es una obra imprescindible que nos enseña a todos a intentar comprender las cosas desde otro punto de vista, a ser más tolerantes, a descubrir nuestra espiritualidad, etc.... ¡superrecomendable!

En cuanto a la metáfora, Tony la explica así:
Le preguntaron: "¿Y por qué canta el pájaro?"
Respondió el maestro: "El pájaro no canta
porque tenga una afirmación que hacer.
Canta porque tiene un canto que expresar."

Cuando vamos haciendo sitio a Dios en nuestro corazón, en nuestra vida, somo más nosotros mismos, somos nuestra mejor versión. La oración ayuda mucho a volver a ser pájaros, profundamente libres, ligeros de equipaje; y ayuda sobre todo a escuchar esa música interior. La mejor oración es simplemente saborear esa música interior, perdiendo la medida del tiempo.... hasta que todo el tiempo se convierte en melodía.
A partir de entonces, no tienes nada que imponer, nada que adoctrinar. Simplemente vives al son de esa melodía, y que no quieres ni puedes reprimir. No renuncias al derecho de mostrar a otros lo que te hace feliz y te llena de sentido, lo contrario sería muy injusto. Por eso cantas, simplemente porque te sale de dentro.

"La boca habla de lo que rebosa el corazón"  (Lucas 6, 45).