Hoy 11 de febrero, festividad de Nª Sª de Lourdes, quiero poner de relieve la importancia de madres y padres en la trasmisión de la fe a jóvenes y niños, al ejemplo de la Virgen María y san José. Y me venía a la memoria ese texto precioso de otro vallisoletano, José Luis Martín Descalzo cuando, próximo ya a su muerte, recordaba algunos retales de su infancia:


La visita a la catedral

Recuerdo que una mano me llevaba
y  que, en la mano, un corazón latía,
una savia caliente, que subía
por mis dedos y que me confortaba.

Recuerdo que mi madre la apretaba
como abrazando mi alma, que decía:
“Mira, ahí está Dios, Dios”, y que tenía
temblor su voz cuando lo mencionaba.

Y yo buscaba al Dios desconocido
en los altares, sobre la vidriera
en que jugaba el sol a ser fuego y cristal.

Y ella añadía: “No le busques fuera,
cierra los ojos, oye su latido.
Tú eres, hijo, la mejor catedral”.


Ojalá que nosotros estemos dando a nuestros hijos, alumnos y amigos experiencias de proximidad, familiaridad, encuentro y descubrimiento gozoso del Dios que les rodea por fuera y por dentro, como la luz en la vidriera.