Hace unos pocos días que hemos empezado la Pascua. Pero a veces nos resulta difícil acercarnos al misterio de la Resurrección de Jesús. Normalmente cuando contemplamos a Jesús nos lo podemos imaginar en su día a día, predicando o curando enfermos. Lo podemos contemplar en su nacimiento como un niño frágil. O en estos días pasados sufriente, abandonado y muerto en una cruz. Pero al contemplar las escenas de su Resurrección es habitual que nos sintamos bloqueados, sin saber cómo imaginárnoslo, peguntándonos qué vieron sus discípulos. Y muchas veces
esta dificultad nos impide interiorizar la grandeza e importancia de la Resurrección.

Hoy te proponemos que te olvides de imaginarte a Jesús Resucitado, y te fijes en los frutos en aquellos que lo reconocieron. Quizá así a ti también te resulte más fácil encontrar a Jesús Resucitado en tu vida

Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba". Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: "¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" (Lc 24, 28-32)

Descargar Oración: Jesús ha resucitado