El Adviento es tiempo de esperar. No tenemos seguridades, sólo signos que anuncian algo nuevo. Este es un tiempo que puede ser una buena oportunidad para ejercitarnos en esperar con paciencia. Desear, imaginar, echar a volar la ilusión por lo que va a llegar… sin que esté en mi mano adelantarlo. Quizá así el corazón esté más preparado para cuando Dios sea Dios-con-nosotros. Quizá así este tiempo no pase inadvertido como una tarea más.

En aquél tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 'Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad! (Mc 13, 33-37)

Descargar Oración: Esperándote