Últimamente comienzan a oírse noticias de que la crisis, que venimos soportando, parece que esta tocando suelo, que se atisban razones para el optimismo. Una esperanza basada en percepciones, datos económicos, previsiones...

El cristiano sabe donde descansa su esperanza. El Evangelio siempre nos ofrece el camino sólido y certero para un mundo más humano, más fraterno, más feliz. Desde nuestra sensibilidad, desde nuestro peculiar acento, desde donde somos y estamos, Jesús nos invita a abrir los ojos como Él lo hace; para compartir, para acoger, para acompañar, para ser solidarios…asumiendo con responsabilidad Su propuesta.

La comunidad marista ha elegido para este curso escolar el lema “Siembra Esperanza”. Desde aquí nos unimos a esta propuesta, sintiendo que participamos del mismo espíritu, desde otro carisma.

Este lema puede ayudarnos en este tiempo de Adviento a renovar nuestra esperanza en que la forma de hacerse presente Dios en el mundo como uno de nosotros, acabará transformando la realidad. Y hoy víspera de la Inmaculada, nos fijamos también en María, que nos puede ayudar a entender lo que significa poner la esperanza y apostar toda una vida por una promesa de Dios.