
La imaginación nos llevará a fijarnos en unos detalles, en alguna palabra, en algún gesto. Aquello que resuene en mi corazón me ayudará a preguntarme qué es lo que Dios está tratando de decirle hoy a mi vida.
Le contestó Jesús: -El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, pues el agua que le daré se convertirá dentro de él en manantial que brota dando vida eterna. Le dice la mujer: -Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed y no tenga que venir aquí a sacarla. (Jn 4, 13-15)
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