Jesús nos ama de una manera profunda, sin límites. Tal y como dice el Papa Francisco: Jesús nos sigue preguntando, ¿quieres ser mi discípulo?, ¿quieres ser mi amigo?, ¿quieres ser testigo del Evangelio?
Rezamos con las llamadas que Dios nos va haciendo a lo largo de nuestra vida. Una llamada por mi nombre y a servirle en comunidad.


Mientras caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano que estaban echando una red al lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.
De inmediato dejando las redes le siguieron.
Un trecho más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago de Zebedeo y Juan, su hermano. en la barca con su padre Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó. y ellos inmediatamente, dejando a la barca y a su padre, le siguieron. (Mt. 4, 18-22).