En mi vida cotidiana estoy continuamente acompañado de estímulos sonoros y musicales que me ayudan a situarme en el mundo, a escuchar la belleza. Asaltado por pensamientos e ideas que me ayudan a recordar mis quehaceres, a ser más eficiente y productivo. Movido por sentimientos y emociones que me recuerdan que soy un ser vivo… Y hoy me siento invitado a hacer una oración desde el silencio. Procurando que él me enseñe a hablarme, a escucharte, a dejar que mi corazón se esponje y descanse en ti.



"Padre mío, en tus manos pongo mi espíritu”. (Lc 23,46)



Acompañamos la canción "Todo cambia" de Mercedes Sosa