Comienza la Cuaresma, un tiempo para hacer un alto en el camino, un tiempo de oración, ayuno y limosna. La ceniza es el reconocimiento de nuestra propia condición humana, tan limitada. Es una llamada a poner nuestra atención no en nosotros  mismos, sino en Cristo muerto y resucitado. Es una llamada a la conversión de nuestros corazones haciendo que nuestra vida esté más cerca de lo que Jesús quiere de nosotros. Pero Jesús a través de sus palabras nos enseña el camino para que no nos perdamos en cosas inútiles.


Cuando ores, no seas como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea, de cierto les digo que con eso ya se han ganado su recompensa. Pero tu cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mt 6, 5-6).



Acompañamos la canción "Señor, enséñanos a orar" de Kairoi



SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR,
A HABLAR CON NUESTRO PADRE DIOS.
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR,
A ABRIR LAS MANOS ANTE TI.

Orar con limpio corazón, que sólo cante para Ti,
con la mirada puesta en Ti, dejando que hables, Señor.
Orar buscando la verdad. Cerrar los ojos para ver.
Dejarnos seducir, Señor, andar por tus huellas de paz.

Orar hablándote de Ti, de tu silencio y de tu voz,
de tu presencia que es calor, dejarnos descubrir por Ti.
Orar también en sequedad, las manos en tu hombro, Señor,
mirarte con sinceridad: aquí nos tienes, háblanos