Aquí estoy, Señor, en este momento de encuentro junto a ti. Me sereno, y en cada respiración me fijo en cómo el aire llena mis pulmones y al expulsarlo me va dejando con cada vez más paz. Según voy inspirando y espirando, puedo ir repitiendo: Gracias, Señor. Tú eres mi Dios.
Voy dejando que el ritmo de la respiración y el mantra me acompañe abrazándome. Gracias, Señor. Tú eres mi Dios.Como si estuviera decorando mi capilla para este encuentro contigo, Señor, traigo a la oración aquellos momentos en los que se ha ido forjando nuestra relación. Puedo recrear con mi memoria un paisaje, un lugar, un aroma... Recuerdo algún momento en que tu presencia se haya hecho más fuerte en mí, alguna huella tuya en la arena de mi historia, algún rayo de luz de faro que haya iluminado mi horizonte...
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Acompañamos la canción "Te alabo" (Martín Valverde)