Respiro profundo, mientras me tranquilizo y voy trayendo a mi corazón situaciones de sufrimiento, de dolor, de injusticia o, de falta de oportunidades que cada día viven tantas personas a mi alrededor. Niñas sin posibilidad de ir al colegio, mujeres maltratadas de muy distintas maneras, víctimas de abusos de poder o fuerza... Siento un profundo dolor recorriendo en mi mente tantas y tantas noticias de mujeres, niñas, madres, ancianas, que sufren por tener la condición de mujer o que padecen la violencia. Siento una gran tristeza viendo cómo el sueño de Dios, para cada una y para el mundo, se rompe.