Para empezar este rato de oración, me pongo en presencia de Dios pidiendo su paz. La paz que da su perdón.

Me detengo un momento a pensar qué imagen tengo de Dios. No es fácil dar forma a alguien al que «nadie va visto jamás» (Jn 1, 18), pero necesitamos imágenes para hacernos a la idea de quién es ese Dios al que me dirijo cuando rezo.







Acompañamos la canción "Señor de la Sabiduría" (Ain Karem)