Hoy queremos dedicar nuestro rato de oración para dar gracias a Dios por nuestra familia y en especial por nuestro padre y por tantos padres buenos que han acompañado, apoyado y amado a sus mujeres e hijos a lo largo de la vida, en los momentos alegres y fáciles, pero muy especialmente en los momentos difíciles, de desesperanza, de duda y de pobreza formando juntos el núcleo básico de la sociedad, lugar donde el AMOR se hace presente y se irradia de manera misteriosa a su entorno cercano y al mundo.