Y es que los tiempos litúrgicos nos llevan de la mano en un recorrido por la vida de Jesús. Desde la esperanza de su llegada, a su forma de venir el mundo, su manera de vivir o cómo entrega la vida para ganarla de forma definitiva. Todos estos momentos son una invitación constate a conocer quién es Jesús y a profundizar en su realidad y en su misterio. Y qué duda cabe que son también una invitación a estrechar nuestra relación de amistad con él. A ir aprendiendo de él su modo de vivir, su modo de hacer, su manera de relacionarse, su manera de orar... Como dice San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales, a conocerle internamente, para más amarle y seguirle. Porque sin duda, conocer mejor a Jesús toca nuestra vida y la transforma.
Queda pues lanzada esta invitación a que durante esta semana te preguntes cómo es tu relación de intimidad con Jesús y a que le pidas que durante el nuevo año litúrgico que empezamos puedas irle conociendo aún más. Sintiéndote más próximo a él y más adherido a su proyecto. Sólo quien ha caminado junto a Jesús puede entender que los títulos que le ponemos a Jesús, como este de Rey, van mucho más a allá de lo que las palabras significan para los hombres. Que la hondura de nuestra relación con él y nuestro deseo de dejarle entrar en nuestras vidas nunca se agotará en las palabras.
Porque este ser rey de Jesús cambia cualquier idea que podamos tener del poder y del dominio. Porque al proponerte seguirle en la construcción del Reino de Dios, es el primero que se pone manos a la obra. Porque es ejemplo para todos lo que queremos participar con él en este reino donde el primero es servidor de todos se agachó a lavar los pies de sus amigos. Y porque hacerle dueño de nuestras vidas y proyectos nos convertirá en sus amigos (Jn 15, 15) y nos hará mucho más libres.
¿Te atreves a seguir creciendo en ese estilo de hacer Reino acompañado y ayudado por Jesús?
Porque este ser rey de Jesús cambia cualquier idea que podamos tener del poder y del dominio. Porque al proponerte seguirle en la construcción del Reino de Dios, es el primero que se pone manos a la obra. Porque es ejemplo para todos lo que queremos participar con él en este reino donde el primero es servidor de todos se agachó a lavar los pies de sus amigos. Y porque hacerle dueño de nuestras vidas y proyectos nos convertirá en sus amigos (Jn 15, 15) y nos hará mucho más libres.
¿Te atreves a seguir creciendo en ese estilo de hacer Reino acompañado y ayudado por Jesús?
0 Comentarios
Gracias por dejarnos aquí tus comentarios
Emoji