Una madre, un padre, da todo por sus hijos. Es habitual escuchar que algún padre daría la vida por sus hijos. Y hasta que no se es padre o madre, muchas veces es muy difícil hacerse consciente del alcance de esas palabras, de hasta donde alcanza ese amor, en la alegría, el sufrimiento, el dolor, la felicidad, la angustia, la desobediencia...
Como hijos de Dios, oramos para que podamos conocer y amar mejor a nuestro Padre. Abbá Padre.


Antes de formarte en el vientre te escogí; antes de salir del seno materno te consagré y te nombré profeta de las naciones. Jr. 1, 5.